Pablo Neruda en su poemario Canto General propone al lector un viaje por la geografía del pasado, tipificando los paisajes, valles, la fauna viviente y las montañas, que caracterizan a nuestra América, pero sobre todo lo hace como un observador de universos y de diferentes épocas distintas como lo haría el indio que vive en carne propia la tierra que lo ha visto nacer, o simplemente como aventurero del viejo mundo que acaba de llegar a tierras desconocidas. Neruda (2000), toma prestada la pluma del Garcilaso de la Vega El Inca y con sus versos nos dice quiénes fueron aquellos ojos que vieron la América de 1400:
Antes que la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias. (p.1)
Neruda juega con la crónica insertando misticismo y geografía en aquellos versos. La literatura converge en las formas de explicación que posee el universo, tal como lo afirmaban los románticos del siglo XIX, descartando la razón como único punto de partida e insuficiente para explicar los hechos. Pablo Neruda (2000), recurre al alma de poeta para mitigar la pérdida y desconexión entre los nativos de América y la naturaleza:
Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre. (p.2)
Cuando Pablo Neruda se refiere a “el idioma del agua”, se refiere al idioma natural que nació entre las montañas y las cordilleras de América y luego recorrió los valles y praderas. Luego dice que “fue enterrado, las claves se perdieron”, se podría estar refiriendo a esas claves lingüísticas que fueron laceradas por una lengua más moderna e invasora, el castellano. De la Vega (1975): "Aquella lengua general del Cuzco (de quien es mi intención hablar, y no de los particulares de cada provincia, que son innumerables) faltan las letras siguientes: b, d, f, g, j jota; l sencilla, no la hay, sino ll duplicada, y al contrario de rr duplicada en principio de parte ni en medio de la dicción, tampoco hay x...".
En Cristóbal Colón existe un desprecio notable hacia el aprendizaje de la lengua de los nativos, este en vez de conservar y aprender una lengua ajena al castellano, se relaciona con lo que Garcilaso de la De la Vega El Inca (1975) llamó corrupción del lenguaje a los trabajos crónicos que se habían realizado porque añadían letras y corrompen el idioma nativo y su interpretación no era más que una falsa, según especifica:
Los españoles añaden estas letras en perjuicio y corrupción del lenguaje, y, como los indios no las tienen, comúnmente pronuncian mal las ficciones españolas que las tienen. Para atajar esta corrupción me sea lícito, pues soy indio, que en esta historia yo escriba como indio con las mismas letras que aquellos tales dicciones se deben escribir. (p.7)
Cristóbal Colón añade en su diario el espejo perfecto al que se refiere Garcilaso de la Vega, denotando la falsedad comunicativa y el aspecto literario que caracterizan sus líneas condicionadas a una realidad subjetiva, porque este recurre a lo que conoce y ha visto para interpretar a los taínos: “Venid a ver los hombres que vinieron del cielo; traedles de comer y beber” (Colón, 1991, p.12).
Cuando Cristóbal Colón describe los aspecto geográficos, su pintura es traída de regreso por Neruda (2000) en Canto general cuando dice: “En la fertilidad crecía el tiempo”(p.3). Se refiere a la calidad de tierra, verde y hermosa, como la describe Colón (1991):
Vi este cabo de allá tan verde y tan hermoso, así como todas las otras cosas y tierras de estas islas que yo no sé adónde me vaya primero, ni me sé cansar los ojos de ver tan hermosas verduras y tan diversas de las nuestras. Y aun creo que hay en ella muchas hierbas y muchos árboles que valen mucho en España para tinturas y medicinas de especiería, mas yo conozco de que llevo grande pena.Y llegando yo aquí a este cabo vino el olor tan bueno y suave de flores o árboles de la tierra que era la cosa más dulce del mundo. (p.16).
El uso de recursos literarios por Colón es evidente que los usó para marcar los aspectos del cuadro geográfico del Nuevo Mundo, dibujando en su Diario la forma más poética posible recurriendo en todo momento a la belleza del entorno, los habitantes y los recursos que aquí asegura ver sin que podamos rastrear la menor duda en sus afirmaciones. Es decir, Colón usa la retórica lingüística para convencer a quien financia su proyecto de que es factible invertir en su empresa. Por eso Colón (1991) se dirige a los Reyes Católicos con las siguientes líneas:
Vuestras Altezas aquí tornen a enviar no haga mala compañía; y todo lo que yo le di no valía cuatro maravedís. Y así partí, que serían las diez horas, con el viento Suroeste, y tocaba de Sur para pasar a esta otra isla la cual es grandísima y adonde todos estos que yo traigo de la de San Salvador hacen señas que hay mucho oro y que lo traen en los brazos en manillas y a las piernas y a las orejas y la nariz y al pescuezo. (p.13)
Neruda (2000) reflexiona en Canto general sobre las dimensiones de América que describe Cristóbal Colón, elevando su figura al nivel de tesoro y paraíso verde, como el destino de la vida y de recursos infinitos e inimaginables:
América arboleda,zarza salvaje entre los mares,de polo a polo balanceabas,tesoro verde, tu espesura. (p.5)
Una vez que entramos en ambos textos, el diario y Canto general se familiarizan en contextos y recursos literarios. No es casualidad que el teórico Raymond Williams definiera el concepto literatura de esta manera: La ingenuidad del concepto, en esta forma familiar, puede demostrarse de dos maneras:
teóricamente e históricamente. Es cierto que se ha desarrollado una versión popular del concepto dentro de una modalidad que parece protegerla, y en la práctica a menudo la protege, contra cualquiera de ambos argumentos. Se ha forzado tanto la abstracción esencial de lo «personal» y lo «inmediato» que, dentro de esta forma de pensamiento altamente desarrollada, se ha desintegrado todo el .proceso de abstracción. Ninguno de sus pasos puede trazarse de nuevo y la abstracción de lo «concreto» constituye un círculo perfecto y virtualmente indestructible. Los argumentos que provienen de la historia o de la teoría son simplemente una evidencia de la generalidad y la abstracción incurable que padecen quienes los exponen. (Williams, 1988, p.p.59-60).
Documentos consultados: Colón, C. (1991), Diario a bordo. Madrid: Historia 16.
Neruda, P. (2000), Canto general. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Madrid: Alicante. Williams, R. (1988). Marxismo y literatura. Barcelona: Península.
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